La gente suele contarme sus historias. Y no me refiero a mis amigos, sino a gente desconocida con la que me tropiezo en la calle. Y no suelen ser nimiedades cotidianas sino secretos bien guardados que a lo mejor no se atreven a revelar a sus conocidos.

Yo siempre escucho, ¿por qué no? Quizá algún día me toque a mi necesitar una oreja.

Esta es una de esas historias:

Thursday, March 27, 2008

Morirse un poco

Hoy me quiero morir porque el amor me aplasta,
Me siento el corazón como si una rodilla
me estuviera aprisionando el pecho
Tú sabes como es
Como un dolor de esófago
Una avalancha de lágrimas que arrastra
hasta golpear el hielo

Nada Nuevo
Bueno, sí, es nueva su sonrisa
Al menos en mis ojos
Y esa dulzura fresca…como si fuera nueva
Y esa mirada esquiva, totalmente inocente
Sin destellos de nada peligroso u oculto

¿Quién nos entiende, humanos?
¿Quién entiende el corazón ajeno?
¿Y qué enciende esa chispa que consume?
¿Y hasta dónde le puedo dejar que me consuma?

Hoy me quiero morir porque el amor me aplasta,
No desaparecer, sólo morirme un poco
Resucitar mañana,
A ver si el nuevo día,
Me alivia este dolor de ausencia
Esta fiebre en el alma
Esta melancolía.

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